Abrirlas fácilmente: Para abrirlas fácilmente, meterlas en una bolsa de plástico e introducirlas en el congelador durante 30 minutos.
Conservar durante más tiempo: Para conservarlas durante más tiempo, poner un peso grande encima para que no se abran y de esta forma se evita que pierdan su agua.
Están vivas: Si al rociarlas con limón se cierran, es síntoma de que están vivas y frescas, si no se produce reacción, es síntoma de que están muertas y hay que desecharlas.
Ostras huecas: Si al golpearlas unas con otras suenan a huecas es que han perdido agua, es síntoma de que no son frescas.
Ostras frescas: Si al tocarlas por el borde se retraen, es que son frescas. La carne debe ser brillante, no lechosa y el agua que contiene la ostra debe ser clara y abundante.
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